La inclusión de la perspectiva de género en la formulación de Planes de Desarrollo Territoriales (PDT) es un paso crucial y una herramienta de garantía hacia la construcción de sociedades más justas e igualitarias. Reconocer las diferencias de género y las desigualdades existentes permite diseñar políticas y programas que aborden las necesidades específicas de mujeres, hombres y personas no binarias en las comunidades locales.
Al iniciar la última etapa en la formulación de los Planes de Desarrollo en 2024, en Atlántico, Colombia, la diputada Alejandra Moreno Astwood alzó su voz y exigió al gobierno departamental priorizar el tema en el documento porque fue un compromiso de campaña, diciendo que el Plan de Desarrollo del Atlántico carece de un fortalecimiento en política pública de equidad de género y se hace necesario incluir un articulado específico para el tema mujer.
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Alejandra Moreno, Diputada del Atlántico. Colombia |
La integración de la perspectiva de género en los planes de desarrollo implica considerar las necesidades y prioridades de mujeres y hombres en áreas como educación, salud, empleo, vivienda y seguridad. Esto puede traducirse en la implementación de programas de educación sexual integral, la construcción de centros de atención integral para víctimas de violencia de género, la promoción de la participación política de las mujeres y la creación de empleos dignos y equitativos para todos.
Al adoptar un enfoque de género en la planificación y ejecución de políticas locales, los departamentos y municipios no solo contribuyen a reducir las brechas de desigualdad entre géneros, sino que también promueven el desarrollo sostenible y la inclusión social. Es fundamental que los planes de desarrollo municipal sean participativos y consulten activamente a las comunidades, especialmente a las mujeres y grupos marginados, para garantizar que reflejen sus necesidades y aspiraciones. De esta manera, se avanza hacia la construcción de ciudades y municipios más justos, seguros y equitativos para todas las personas.
El progreso hacia las metas del ODS 5 en Colombia presenta avances y desafíos. Según el último informe del Departamento Nacional de Planeación, se registra un avance promedio del 79,55% hasta la fecha de corte del informe, con un avance general del 44,59% proyectado para 2030. En cuanto al porcentaje de embarazo adolescente, el país redujo la tasa en 4,17 puntos entre 2019 y 2020, pasando de 57,95 a 53,78 nacimientos por cada 1.000 mujeres entre 15 y 19 años.
Aunque aún no se alcanza la meta de mujeres en cargos directivos estatales para 2030, se evidencia un avance, con un porcentaje ponderado del 46% en 2021, según el Departamento Administrativo de la Función Pública. Además, en 2021, se reportaron 4.272 mujeres rurales con derechos de tenencia reconocidos, superando en un 133.04% la meta planteada para ese año, según el Ministerio de Agricultura.
Sin embargo, persisten desafíos en la erradicación de la violencia contra la mujer. Datos de Minsalud y Sisma mujer señalan un aumento en la violencia sexual y doméstica en 2021, así como un incremento en los feminicidios. Estos datos, respaldados por estudios de ONU Mujeres, evidencian la urgencia de abordar la violencia de género y garantizar la seguridad de las mujeres.
El empoderamiento de las mujeres y su participación en la política, la economía y la sociedad es fundamental para impulsar el desarrollo sostenible y el crecimiento económico del país. La inclusión de la perspectiva de género en la formulación de políticas y la promoción de la paridad de género son pasos esenciales hacia la igualdad y el cumplimiento de los ODS. Aunque Colombia avanza en esta dirección, es necesario continuar fortaleciendo la cultura de la igualdad de género para alcanzar un desarrollo más equitativo y sostenible.
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